lunes, 4 de noviembre de 2013

Cómo hacer vino casero

El vino es una bebida de gran sabor y fantásticas propiedades saludables que se ha extendido por todas partes en el mundo, lo cual hace que cuente con una gran cantidad de seguidores y profesionales a los que les gusta aprender cada día más sobre este fantástico licor.
En esta nota vamos a pretender dar los pasos esenciales para que podamos fabricar nuestro propio vino casero. Sin duda, se trata de un proceso entretenido y muy satisfactorio, ya que no hay nada como producir lo que uno va a consumir
Eligiendo la uva de nuestro vino artesanal
El primer paso para la elaboración de nuestro vino casero es hacernos con una buena cantidad de uva, cuya variedad dependerá del tipo de vino que queramos fabricar.
Existen muchos tipos de uva y muchas formas de prepararla, aunque en nuestro caso vamos a hablar directamente de una de las variedades permitidas en nuestra D.O Somontano, como es el caso del tempranillo.

 variedad tempranillo

Sin quitar la piel, procederemos a aplastar la uva. Esta tarea la podemos realizar pisándola, como se hacía antiguamente, o mediante la utilización de una prensa que las aplaste y saque todo su jugo.
En nuestro caso, es más conveniente hacernos con una prensa, ya que para empezar no es recomendable fabricar demasiada cantidad de vino, al menos hasta que tengamos la práctica adecuada para conseguir un perfecto sabor y aroma. Conforme vayamos consiguiendo el vino deseado, podremos ir aumentando las cantidades progresivamente.
prensa de vino


La fermentación

La fermentación del vino es el paso posterior al sulfitado y encubado del mosto, esta etapa consiste en la interacción de la levadura con los azúcares presentes en el mosto de la uva, para crear una sustancia denominada etanol o alcohol etílico y dióxido de carbono.
La temperatura, la velocidad de la fermentación y la oxigenación son factores primordiales en este proceso, la etapa de fermentación de los vinos puede tardar de 5 a 14 días para su etapa primaria y luego, de 5 a 10 días en la segunda etapa del proceso.
Para llevar a cabo la fermentación se requieren tanques de acero inoxidable, cubas de madera abiertas, barriles de roble.

tanques de acero inoxidable

Profundizando más en el proceso de fermentación tenemos que para elaborar el vino es necesaria la diferenciación de levaduras silvestres presentes de forma natural en viñedos y uvas y levaduras cultivadas, que son de uso exclusivo para la creación de los vinos.
Las levaduras silvestres son capaces de producir buenos vinos y sabores exquisitos, pero también podrían presentar algunas características indeseadas en el vino, por lo que son más usadas las levaduras cultivadas.
Para añadir las levaduras al mosto, primero deben ser activadas con agua caliente  también debe tomarse en cuenta la temperatura del mosto, para el vino blanco el mosto debe fermentarse entre 18 y 20 grados centígrados mientras que en el caso del vino tinto, como el nuestro, deberá ser hasta 29 grados centígrados.

El filtrado

En primer lugar, es conveniente utilizar un filtro ancho, de forma que no filtre todas las impurezas, sino sólo los hollejos y pulpa más grandes.
A continuación, podemos pasar el líquido filtrado por un nuevo filtro, esta vez más fino, consiguiendo así que apenas pasen impurezas.

filtro para el vino

En tercer y último lugar, podemos hacernos con un filtro de tela, que nos permitirá obtener una gran pureza de filtrado. Si lo consideramos oportuno, realizaremos este último filtrado un par de veces, de forma que estemos completamente seguros de que hemos eliminado todas las impurezas.

Cómo  macerar el vino

En este paso tendremos que dejar que el vino se vaya macerando. Para ello, introduciremos de nuevo el líquido en la barrica, cerrándola en esta ocasión, y lo dejaremos en un lugar fresco y sin variaciones de temperatura durante un plazo de unos treinta días como mínimo.

Lo ideal en este caso es utilizar una barrica de roble, ya que le proporcionará una serie de tonalidades y un sabor mucho más apto. En especial, si utilizamos una barrica de roble, es recomendable mantener una maceración superior a 30 días.

barrica de roble


Pasados esos treinta días, podremos disfrutar de nuestro vino.